¡Como las vacas!
Marcello Pignataro [email protected] | Lunes 31 marzo, 2008

Marcello Pignataro

Con el perdón de don Tomás Nassar y del editorialista de LA REPUBLICA de la semana pasada, que ya tocaron el tema, voy a dedicar mi columna de hoy a esto.
Debo reconocer que no soy muy fanático de visitar San José del todo. La inseguridad, las presas, las caras serias de la gente y la poca hospitalidad que dibuja la ciudad son solo algunos factores que inciden en mi no-fanatismo. De hecho la idea de montar un desfile de vacas en pleno San José me pareció algo sumamente arriesgado por parte de don Johnny Araya pero, dado su empecinamiento en tratar de hacer que San José vuelva a ser habitable y disfrutable, se llevó mi voto de apoyo.
Realizar un festival de este tipo en nuestro país, aparte de innovador, no deja de ser algo curioso. La finalidad es acercar más a la gente a San José, preferiblemente en familia, para ver de cerca algo que no tenemos todos los días. Espectáculos como este son frecuentes en otros sitios del mundo, definitivamente más cultos que nuestro país.
Barcelona, Mónaco, Budapest, Copenhague, Praga, Londres y París en Europa. Guadalajara, Atlanta, Sao Paulo, Miami, Kansas, Las Vegas y Buenos Aires en América. Todo iba perfecto hasta que decidieron traerse el espectáculo para San José. A menos de 24 horas de haber sido “instaladas” sobre la avenida central y otros puntos, las pobres vacas, que no le deben nada a nadie, y los artistas que se encargaron de su decoración, sufrieron el flagelo del vandalismo… Una amaneció sin cachos, otra —bellamente decorada con granos de café— fue, literalmente, desgranada… Qué pena.
Recuerdo, en mis años de infancia y juventud, cuando éramos ejemplo de decencia, educación y hasta limpieza para el mundo. La democracia más consolidada. El único país sin ejército. Hasta un Nobel de la Paz nos ganamos. De eso hace menos de 20 años. ¿Qué nos ha pasado?
¿Decencia? Basta montarse en un carro y manejar unas pocas cuadras para empezar a toparse a los “vivazos” que rayan por la derecha —y que le mientan la madre a uno si decide reclamar— o a los choferes de vehículos pesados avanzar a velocidades asesinas por calles de tal vez dos carriles.
¿Educación? Manejar en el país es otro vivo ejemplo de la falta de educación. No se respetan los asientos especiales en los buses; los campos para discapacitados en los parqueos son para el primero que llegue.
¿Limpieza? Basta ver cómo han quedado algunas comunidades después del receso municipal de Semana Santa.
¿Paz? ¿Adónde? ¿Se puede verdaderamente vivir en paz en Costa Rica?
Lamentablemente ninguno de esos valores se aprende. Como las vacas: se mama desde que uno nace.
Lo he dicho una y mil veces desde esta columna, en conversaciones con amigos y familiares: o empezamos a hacer algo por el bienestar y futuro de este país o nuestros hijos y nietos se quedarán — ellos sí— como las vacas.
[email protected]
NOTAS ANTERIORES

Nuestra felicidad depende de la libertad y del apoyo social. Depende del PURA VIDA. No la perdamos
Lunes 21 abril, 2025
Hace pocas semanas se presentó el Reporte Mundial de Felicidad 2025 (World Happiness Report 2025) que se produce desde 2013

Cuando dicen que sí
Viernes 18 abril, 2025
Aprobado. Esa es la respuesta que en algunas ocasiones la junta directiva o la gerencia general de una empresa le da a quienes presentan una propuesta

Ensayos breves
Jueves 17 abril, 2025
Dos años después de haber publicado mis Memorias en junio de 2023 el destino me llama nuevamente a dar a conocer un nuevo libro que he titulado de Ensayos

Sobre el artículo 29
Miércoles 16 abril, 2025
Y este caso del presidente provoca otra pregunta que es sobre la acción política de trabajadores del gobierno. Una cosa es hacer proselitismo o de presionar a f