¡Salud!
Claudia Barrionuevo [email protected] | Lunes 01 septiembre, 2008

Claudia Barrionuevo

En efecto, la pobreza y la salud están ligadas de manera intrínseca y lamentablemente esta unión es cada vez más fuerte.
Este tema es altamente preocupante considerando que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, perjudicará el acceso a medicinas más baratas al impedir la venta de productos genéricos. Esta realidad es aceptada hasta por los más firmes defensores del TLC como una consecuencia inevitable de este.
El tema de la propiedad intelectual que incluye las patentes médicas es una de las exigencias de Estados Unidos. Las grandes compañías farmacéuticas, conocidas como el Gran Farma, lograron ser acuerpadas por la Organización Mundial del Comercio gracias a un acuerdo comercial sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC).
El 50% del mercado mundial de los medicamentos está dominado por diez grupos farmacéuticos que cotizan en bolsa y no pueden permitir que sus ganancias caigan. No importa a qué costo. Inclusive el de miles de vidas humanas.
En Sudáfrica mueren anualmente más de 250 mil personas víctimas del sida. En 2001, gracias a las presiones de Médicos sin Fronteras y por recomendación de la Organización Mundial de la Salud, el gobierno de este país africano se amparó en el recurso de licencias obligatorias en caso de urgencia sanitaria, para detener la pandemia con antivirales genéricos. El resultado de esta acción fue la demanda judicial de 39 compañías farmacéuticas contra el Gobierno de Pretoria.
Aunque la demanda se levantó y las regulaciones sobre las patentes de las medicinas disminuyeron levemente para los países pobres, la situación sigue siendo alarmante.
La lógica humanitaria nos dicta que los grandes laboratorios deberían lograr pronto una vacuna contra el sida que se produzca a nivel masivo y al menor costo posible. Pero lo humanitario no juega con las mismas reglas que las leyes del comercio internacional.
El Gran Farma patenta en el mundo sus descubrimientos, elabora los productos y los coloca en el mercado decidiendo sus precios. Si se trata de un refresco, un vestido o un limpiador de pisos no veo el problema. Tratándose de productos para curar a quienes están enfermos, el negocio deviene en un crimen.
La película “El jardinero fiel” basada en la novela homónima de John Le Carré, expone el terrible tema del sida y el Gran Farma. Relata cómo las grandes empresas farmacéuticas por medio del Gobierno norteamericano impiden que los países pobres produzcan medicinas baratas —genéricas— para curar grandes males, amenazándolos con sanciones comerciales. Todo esto a nombre de la libertad de comercio. Libertad —como siempre— para ellos.
Hacer dinero no es un pecado. Hacer dinero con la salud —o más bien con la enfermedad— debería estar catalogado como uno de los pecados capitales. O como un delito de lesa humanidad.
[email protected]
NOTAS ANTERIORES

Rodrigo Arias Sánchez, su necesaria Presidencia Legislativa
Miércoles 23 abril, 2025
La derrota de Liberación Nacional, por segunda vez consecutiva no era novedosa. Ya había sucedido en 1998 y el 2002, cuando la Unidad Social Cristiana gobernó d

Nuestra felicidad depende de la libertad y del apoyo social. Depende del PURA VIDA. No la perdamos
Lunes 21 abril, 2025
Hace pocas semanas se presentó el Reporte Mundial de Felicidad 2025 (World Happiness Report 2025) que se produce desde 2013

Un legado del Papa Francisco: Laudato Si' como brújula para la sostenibilidad
Lunes 21 abril, 2025
La noticia del fallecimiento del Papa Francisco este lunes 21 de abril nos invita a reflexionar sobre uno de sus legados más trascendentales: su visión...

Cuando dicen que sí
Viernes 18 abril, 2025
Aprobado. Esa es la respuesta que en algunas ocasiones la junta directiva o la gerencia general de una empresa le da a quienes presentan una propuesta