Internazionale noquea al mediático Barcelona
Gaetano Pandolfo [email protected] | Jueves 08 mayo, 2025

Los que tenemos sangre italiana en las venas, nos sabemos la historia de memoria.
El fútbol italiano no existe; la prensa mediática lo menciona solo cuando fracasa.
El mejor fútbol del mundo se juega en la Premier y los grandes talentos jóvenes los acapara la liga española. Juventus, Milan, Internazionale, la Roma, Napoli, son mantequilla.
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Lamine Yamal, Raphinha, Pedri, Dani Olmos, acaparan portadas y titulares.
Ningún colega nos recuerda que la retaguardia del Inter es defendida por tres zagueros titulares de la selección italiana: Alessandro Bastoni, Francesco Acerbi y Federico Di Marco. ¿Y quién será ese Davide Frattesi que anotó el gol que le dio el triunfo al siete veces finalista de Champions y tricampeón del torneo?
Cuando en el campeonato nacional un equipo llamado chico, derrota a uno de los grandes: por ejemplo Santa Ana a la Liga, Sporting a Saprissa, Santos a Cartaginés o Pérez Zeledón a Herediano, los dirigentes de los clubes pequeños se quejan, y con razón, de que, en los titulares y las crónicas, se destaca la derrota del fuerte y no el triunfo del “débil”.
Titulamos: Alajuelense perdió con Santa Ana y no: Santa Ana derrotó al Alajuelense y la crónica del partido se centra en analizar y señalar los yerros de los manudos y no las virtudes de los santañeños.
Exactamente igual con el triunfo del Inter sobre el Barcelona. Apenas terminó el partido y en los análisis de los “entendidos”, en México, Argentina y España, los colegas se concentraron en comentar las causas de la derrota del Barcelona, analizaron el trabajo individual de cada uno de sus jugadores, repasaron en video absolutamente todas las acciones de Lamine Yamal y del Inter, que fue el equipo que ganó, destacaron los paradones del portero suizo Yann Sommer.
Los titulares decían: Barcelona eliminado de Champions y no, el Internazionale elimino al Barcelona.
Jordi Blanco, destacado periodista deportivo catalán, inició su crónica así
“Inter necesitó un empujón arbitral cuando el Barcelona rozaba el triunfo, para alcanzar la prórroga y allí le dio la estocada.
Podrá, y deberá, mostrarse quejoso con el arbitraje el equipo azulgrana, pero tal y como le pasó en 2010, las quejas no le devolverán nada... Un Inter de acero, un Inter durísimo, inferior futbolísticamente pero con un corazón inmenso, le sacó de la final sin merecerlo”.
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